EL CRIMEN DE BUIF 147
Después de los discursos se produjo un pequeño
incidente, Uno de los enterradores, que no estaba
muy al corriente de la actualidad y que todavía
creía que Teorema había ganado, se aproximó tími-
damente al barón y le preguntó:
—¿Cuánto paga Teorema?
—|No le da vergiienzal —gritó el barón, y áspe-
ramente reprendió a aquel hombre.
Al día siguiente El Gran Diario daba cuenta de
las exequias en los siguientes términos:
Una multitud triste y recogida, entre la que figu-
raban los nombres más ilustres de la aristocracia,
del comercio y de la industria nacionales, acom-
pañó ayer a su última morada los restos mortales
del infortunado conde Lardillon de Lestriviére. Se
comentaban las virtudes del finado, el horror de
un crimen que ha suscitado la indignación de todo
París y del Todo París, se emitía la esperanza que
esta monstruosa hazaña no quedará impune y que,
según la expresión tan justa del simpático barón
de Saint Flour, el brazo de la justicia humana se
anticipará al de la divina.
Marius Florades, el talentudo barítono que cada
noche un público entusiasta aplaude en la Opera,
cantó, con su voz cálida y potente, un Pie Jesu,
que fué escuchado con gran recogimiento por toda
la asistencia.