Full text: El crimen de Buif

196 G. DE LA FOUCHARDIERE 
antes de tener al pequeño, se mareaba por la cosa 
más insignificante... ¿Sabe usted lo que yo hacíar 
Pues le hacía beber medio litro de ron, y cuando 
había sudado bien... 
Pero toda la atención de Lafrita estaba absorbi- 
da por la señora de Hexam, que poco a poco vol- 
vía a ser dueña de sí misma y recobraba su tran» 
quilidad. 
—Lo diré todo—dijo resueltamente—. Hay prue- 
bas: las alhajas, que todavía están en su casa; el 
cheque del Crédit Lyonnais... no tengo miedo... 
¡No, no tengo miedo de éll 
La señora de Hexam repitió esta última frase 
cor acento demasiado resuelto, como hacen los 
niños cuando quieren darse valor para atravesar 
una habitación en la obscuridad y persuadirse a sí 
mismos de que son muy valientes. 
Lafrita escuchaba con ansiedad. 
—Hable, señora, hable... Tiene usted razón; no 
hay peligro ninguno; la justicia está con usted, y 
mientras ella interviene, aquí tiene usted unos 
amigos. 
—¿Verdad que sí? — dijo la pobre mujer—. 
¿Quiere usted escribir lo ocurrido para llevárselo 
al juez?... Yo firmaré si usted así lo quiere... Como 
detendrán al hombre en seguida, nada tendré que 
temer de él... ¿Verdad que no tengo que temer 
nada? 
—Ante todo, digame su nombre, y de lo demás 
yo me encargo.
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.