EL CRIMEN DE BUIF 243
de la noche, es nada menos que el doctor Boudon.
—¡Esta sí que es buena! Pero ahora comprendo
menos que antes,
-—El doctor Boudon ha ido a casa de la señora
de Bicard, porque yo me las he arreglado para que
fuera... ¿Se acuerda usted lo que ocurrió en casa
Goldenmayer? La situación era que Boudon tenía
¿una necesidad urgente de dinero.
—En efecto, ese ciudadano se encuentra sin
blanca.
—Boudon posee las alhajas del conde Lardillon
de Lestriviére... Boudon cometió el crimen para
obtener el falso cheque, pero no descuidó de apo-
derarse también de las alhajas. Probablemente en
un principio no tenía intención de venderlas y sólo
perseguía evitar que sirvieran para identificar el
cadáver..., pero hoy ha gastado los 20.000 francos
que constituían su parte en el cheque, y la mayor
parte de los cuales han servido, según mis noticias,
a pagar deudas... Boudon se encuentra hoy sin di-
nero, como el día en que asesinó al conde... Y cla-
ro está, piensa en sacarle de cualquier modo. Por
eso propuso a Goldenmayer que le prestara cierta
cantidad con la garantía de estas alhajas que tan
peligrosas son. Como es natural, Goldenmayer no
aceptó, porque conocía el origen de las joyas, cuya
descripción se ha enviado también a todos los jo-
yeros de París. En estas condiciones, Boudon sólo
podía aspirar a vender el tesoro a uno de esos tra-
ficantes sospechosos, generalmente muy discretos,