CAPITULO 1
EL DIFUNTO SIMONS
E: interrogatorio de Buif, que no dió ningún re-
sultado a pesar de las esperanzas que en él
tenía puestas el comisario, fué interrumpido de una
manera brusca y trágica.
Resonaron en el patio de la alcaldía gritos des-
garradores de una mujer y sollozos interrumpidos
a intervalos por el rumor lastimero de la multitud.
El cabo de los gendarmes apareció, pálido, en el
umbral de la puerta.
—Señor comisario, es la mujer del mozo del se-
ñor Hexam... Dice que su marido ha desaparecido
desde hace tres días, y sospecha que es él a
quien... a quien han encontrado tan... estropeado.
Los magistrados adoptaron una actitud apropia-
da a las circunstancias.
—Me extrañaría..., me extrañaría —dijo Buif pen-
sativo —. Y, después de todo, ¿para qué sirve toda
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