46 G. DE LA FOl'CHARDIERE
tal), se ha comprobado que el cuerpo era el del
mozo de cuadra Simons, al servicio de... El robo
parece haber sido el móvil... (¡Dios mío, qué memo!)
... y así continúa durante doscientas líneas. ¡Le voy
a enseñar a usted cómo se hace un reportaje bien
hecho!
El señor Bidasse cogió la pluma, de la que tan
noble uso hacía, y una hora después había produ-
cido una obra maestra de literatura criminal, de la
que damos a continuación algunos extractos:
EL MISTERIO DEL PARQUE SANGRIENTO
Un crimen horrible, que recuerda los más san-
grientos de Crilles de Rais y de Jack el Destripa-
dor, acaba de cubrir con una sábana de sangre la
riente localidad de Maisons-Laffitte, alegrada, en
estos días de primavera, por los gritos y cantos de
los entrenadores, de graciosas inglesas y de los
mejores ejemplares de nuestra raza caballar.
Un honorable inglés, Mr. Wilson, y un cono-
cido propietario de Chantilly, el señor Bicard de
Buif, paseábanse, conversando, bajo los umbrosos
árboles del Parque, cuando, de pronto, sintieron
atraída su atención por los siniestros graznidos de
los cuervos. Estos cuervos disputábanse los peda-
zos de un cadáver, del que los dos amigos, a pesar
de su perspicacia, no pudieron determinar, en un
principio, ni la edad ni el sexo... Se aproximaron...
¡Horror! ¡Aquel cadáver, devorado por las aves de
presa, buceadoras de los espacios celestes, era el