XVII
Una malane siguió relatando John—, al en-
trar en la «Segunda Oficina del ministerio de la Gue-
rra», los sr jefes de aquel «Departamento de In-
formaciones» me saludaron, sonrientes y satisfe-
chos:
¡Bravo, muy bien!—me dijeron—. Esa nueva
agente ha trabajo con toda lealtad.
¿Hay noticias?—pregunté.
¿Noticias? e contestaron—. Más que noticias,
hay hechos: el Es tado Mayor alemán «ha caído en la
ratonera» maravillosamente; siguiendo los informes
que le enviamos, hizo una operación grandiosa en el
frente, proporcionándonos una gran victoria, porque
en un punto del frente en que las tropas alemanas
apretaban, un punto débil porque lo sostenían los in-
leses y ¡ya sabe usted que donde los ingleses man-
tienen el frente es siempre un punto débil! Gracias
a nuestras falsas noticias, enviadas por «su nueva
agente», los alemanes se han replegado, dándonos
tiempo para que nosotros reforcemos ese punto del
frente, que los ingleses estaban casi por dejarse rom-
per y aprovechando el repliegue de las fuerzas ale-
manas las hemos atacado de flanco, causándoles pér-
didas enormes; es decir, «la operación se ha corona-
do de éxito, gracias a nuestra maniobra».
Entonces, supongo que ahora creerán ustedes,