Full text: Miss Atlántico

170 «EL DUENDE DE LA COLEGIATA 
las órdenes a mi gente; prefiero retrasar el envío del 
armamento un mes. 
—No quiero. Vamos a hacer una cosa—exclamó “Miss 
Atlántico”—. Yo voy a vender las acciones y te voy a 
entregar el dinero que yo tengo; todo lo que yo tengo 
está a tu disposición; todo es tuyo. 
Las palabras de “Miss Atlántico” surtieron su efecto 
inmediatamente, 
—¡Qué disparate! ¡De ninguna manera! ¡No faltaba 
más! ¿Qué estás diciendo, darling? 
—Todo el dinero que yo tengo es tuyo, y si ahora, 
cuando venda las acciones, pierdo, y para comprar las 
fincas, como deseo, necesitase más dinero... 
—Mira, darling, yo creo que me quedan aún en mis 
cartas de crédito cerca de un millón de dólares; puedes 
disponer de él, y si necesitas más, telegrafiaré a China 
y lo tendrás; no tienes más que decírmelo. 
—No; eso, está seguro de que no lo voy a lhacer; está 
seguro, dear, porque tú no sabes lo reconocida que estoy 
a ti. ¡Eres un lhombre tan bueno, tan generoso, tan gran- 
de de espíritu, que en toda mi vida, a través de toda mi 
existencia, en todos los viajes que he realizado por to- 
dos los países que visité, a través de todas las razas, no 
he encontrado nunca un hombre como tú, y un hombre 
como tú se merece todo, todo! Por eso, dear, créeme, 
ya te lo dije antes; pero ahora deseo que estés conven- 
cido: yo soy tuya, tuya completamente; tú dispones de 
mi vida, de mi existencia, “yo soy tu esclava”, ¿Estás 
contento? 
Y “Miss Atlántico” rodeó con sus brazos el cuello 
amarillento de aquel hombre y le abrazó y besó pro- 
fundamente con sus labios húmedos, sus labios sensua- 
les, estremeciendo a aquel hombre de China, que vaciló 
mucho para no volverla a poseer, 
>
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.