198 ADELARDO FERNANDEZ ARIAS
perfume de algo discreto, muy simpático, que le atrae
hacia mí. Yo no lo deseo como hombre, porque no es
un hombre elegante, ni un hombre distinguido, ni un
hombre bello, ni un hombre cuyo talento pueda deslum-
brarme; no es un campeón ni es un triunfador; no es un
ser extraño; no tiene ninguna de las cualidades que
pueden llamar la atención de una mujer; es un hombre
como otro cualquiera; un hombre más, como hombre, y,
sin embargo, siento una gran satisfacción tratándole, ha-
ciéndole al chino una traición con él; cuando yo me ha-
bía enamorado del principe, yo le traicioné a él con el
príncipe, y, sin embargo, algo misterioso me atraía hacia
él. Indudablemente me agrada este viaje a China en su
compañía; después, cuando hayamos vivido juntos seis me-
ses, me habré cansado de él, como me he cansado siem-
pre de todos los hombres, y nos separaremos, siendo
muy buenos amigos, porque como entre nosotros no ha-
brá la llamarada de pasión carnal que ha existido entre
los hombres que antes se acercaron a mí y obtuvieron
mi cuerpo, que algunas veces, con una gran pasividad,
por convenirme, supe administrarme entregándoselo, y
otras por una necesidad orgánica les abandoné: en estas
relaciones que yo pueda tener con míster Goldsmith no ha-
brá nada de eso; habrá entre nosotros una amistad serena,
tranquila; nos acostaremos juntos, porque también pasea-
remos juntos y comeremos juntos; como una cosa lógica,
natural, sin darle importancia, ni él ni yo, a un hecho que
así como para otros hombres es el motivo principal y hasta
el objetivo único de la existencia, entre nosotros será “una
«cosa más de la vida”, como el dormir, el comer, el beber,
el pasear; y esó me agrada; vamos a separarnos sin vio-
lencias, sin reproches; cuando hayamos terminado nues-
tro viaje, volviendo él a sus negocios y yo a mi peregri-
nación por el mundo; y yo sabré que tengo siempre en
California un amigo a quien, de vez en cuando, podré
telegrafiar mandándole un recuerdo y él sabrá que, por
esos mundos, viaja eternamente una mujer, en pos de