220 «EL DUENDE DE LA COLEGIATA»
general Tshiang-Tshu-Feng pagó para ello, consiguió de
la oficina del cable una copia de todos los despachos.
Chuang-Tsu-Chang, en Honolulu, acumulando datos y
detalles, con su habilidad sistemática de hombre dedicado
al espionaje, pudo reconstruir todo lo que había sucedido,
por orden cronológico, hasta el momento de zarpar el
barco que condujo hacia Oriente a “Miss Atlántico” y a
míster Goldsmith.
Entonces envió un largo cablegrama al general Tshiang
Tshu-Feng, contándole concretamente la historia y anun
ciándole que se embarcaba con dirección al Japón, para
seguir la pista de “Miss Atlántico”.
En Nagasaki se detuvieron “Miss Atlántico” y míster
Goldsmith tres semanas.
Mister Goldsmith encontró allí un negocio que le de
tuvo todo el tiempo que se necesitó para resolverlo, cam
biando cablegramas con su fábrica de San Francisco y
discutiendo los miles de dólares que le supuso aquel ne
gocio inesperado, compensándole con largueza de todos
los gastos de aquel viaje de placer.
Mientras tanto, Chuang-Tsu-Chang navegaba hacia el
Japón. Desembarcó en Yokohama y, confrontando fechas
y recorriendo hoteles, pudo encontrar la pista exacta de
mister Goldsmith, que desde que desembarcó en el Japón
se inscribía públicamente en los hoteles con su nombre,
añadiendo “y esposa”, sin ocultarse,
Por los hoteles fué facilísimo seguir la intrincada pis
ta del viaje de turismo de la pareja y que fué llevando
a Chuang-Tsu-Chang hasta Nagasaki. El mismo día en
que míster Goldsmith y “Miss Atlántico” se embarcaban
en Nagasaki hacia China, llegaba Chuang-Tsu-Chang a
Nagasaki.
Chuang-Tsu-Chang iba comunicando, directamente por
cables, toda su información al general chino.
“Miss Atlántico” y míster Goldsmith hicieron la tra-
vesía de Nagasaki a Shanghai en un barco alemán, de
los que hacen la ruta entre Europa y el Extremo Oriente.