Full text: Miss Atlántico

XL] 
«Miss Atlántico» miró al reloj como una hipnotiza- 
da. Deseaba que pasaran las horas y lo temía ; desde 
su captura ; desde que fué considerada como prisionera, 
separándola de los misioneros y de los oficiales cristia- 
nos, comprendió que esta vez «había perdido la parti- 
da». ¡Era bastante inteligente «Miss Atlántico» para 
no intentó siquiera otra añagaza como la anterior ! 
Ahora, el general Tshiang-Tshu-Feng no habría de de- 
jarse persuadir, ¡al contrario! Por eso «Miss Atlánti- 
co» se resignó con su suerte y pensó : «¿ Qué será de los 
pobres misioneros, de los oficiales cristianos, de los 
soldados a quienes yo he comprometido ?» Porque ella, 
sí, ella, había intentado evadirse y lo que le sucediera 
iba a ser el castigo de su propia culpa ; pero los misio- 
neros, los oficiales cristianos y los soldados, que cre- 
yeron en ella, todos iban a ser víctimas de ella, de su 
plan de evasión, para el que necesitó todos aquellos 
cómplices generosos que ahora ella había sacrificado. 
Desde que regresaron al campamento, «Miss Atlán- 
tico» fué encerrada en una barraca ; custodiada por mu- 
chos soldados, que la miraban de una manera inquietan- 
te. Avanzaba el día; se oyeron en el campamento las 
cornetas que marcaban el despertar de la tropa ; el mo- 
vimiento de todo aquel núcleo de hombres mandados por
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.