Full text: Miss Atlántico

«MISS ATLANTICO» 61 
pecto de mí, pues, ¡claro!, ya no es negocio para él tam- 
poco y, al no ser negocio, llega un momento en que au- 
tomáticamente aquel negocio viene a mis manos y quizá 
en mejores condiciones que lo hubiese adquirido entonces. 
—Entonces, ¿cree usted, míster Goldsmith, que yo voy 
“a ir a sus manos en mejores condiciones que las que 
usted me hubiera ofrecido si el príncipe no se hubiera 
acercado a mi”? 
—No, yo no quiero decir eso; le he hecho a usted un 
símil, una comparación; porque nosotros pensamos siem- 
pre así “en negocios”; de modo que ya lo sabe usted, 
siempre a sus órdenes y siempre deseando que aquel 
plan que se me había ocurrido podamos realizarlo, No 
voy a ir a China hasta que vaya con usted, “Miss Atlán- 
tico”, 
—¿ Y si no puede usted ir conmigo? 
—-Pues no iré; yo... soy así, ¿qué le parece? 
-—Me parece que, en efecto, ustedes, los hombres de 
negocios, son así, tan egoístas, porque en el fondo de 
todo eso que me está usted diciendo hay un egoísmo fe- 
FOZ, formidable, cruel. 
—No, no, “Miss Atlántico”, nada de crueldad ni de 
egoísmo; no hay más que una visión desapasionada, fría, 
calculadora, si usted quiere; pero una visión justa de lo 
que es la vida, y si no, “Miss Atlántico”, ¡al tiempo! De 
todas maneras, yo le deseo a usted que sea muy feliz, 
muy feliz, “como sea, donde sea y con quien sea”. De 
modo, que deme usted la mano, porque veo que su prín- 
Cipe se acerca y no quiero provocar en él una escena de 
relos; él, por lo visto, es más sentimental que yo y €s 
capaz de sentirse celoso, y no quiero que usted le haga 
Sufrir, “Miss Atlántico”, ¡hasta la vista! 
—¡Good by! 
ON by, no, “Miss Atlántico”; la repito: ¡hasta la 
Ista !
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.