Full text: Miss Atlántico

78 «EL DUENDE DE LA COLEGIATA» 
si, allí, en Europa, tendréis para quince o veinte años. 
Cuando podáis salir ya no vais a tener ganas ni energías 
para seducir mujeres y desvalijarlas, En cambio, la vida 
tranquila de las cárceles os va a ser muy conveniente 
para la salud, ¡ya lo veréis! 
Fritz, dirigiéndose a Ralp, le preguntó: 
-Pero, ¿tú no conocés al comisario Harden? 
-—No-—murmuró Ralph—. Por eso, cuando antes se 
fingió borracho para entrar aquí, no pude reconocerle, 
El comisario Harden sonrió y, dirigiéndose a Fritz 
exclamó : 
—Me lhe cruzado dos veces en el pasillo contigo, ¡buen 
pájaro!; pero tú, preocupado con “tu golpe”, no me has 
podido reconocer, 
“Miss Atlántico” suspiró profundamente. 
El comisario Harden exclamó: 
—Ya se despierta, ¡pobre mujer! ¡Qué sorpresa más 
desagradable va a sufrir cuando vuelva a la vida! 
“Miss Atlántico” abrió dulcemente los ojos, batió sus 
párpados dos o tres veces y volvió a adormecerse, 
El comisario Harden murmuró: 
—Es la reacción. 
Y, mirando fijamente a “Miss Atlántico”, exclamó: 
—Ya va a despertarse, 
Unos minutos después, “Miss Atlántico” se estiró y, 
abriendo los ojos, se desperezó como si despertara de un 
sueño profundo, 
Al mirar y ver tanta gente en derredor suyo no pudo 
comprender lo que sucedía. Miró fijamente primero al co- 
misario Harden, luego a los policías, después a John que 
la estaba contemplando con un aire de gran cinismo y, 
por fin, a Enrique, que la contemplaba también indife- 
rente, 
“Miss Atlántico” se incorporó y, paseando su vista por 
la habitación, contemplando a todos, murmuró: 
—Pero, ¿qué significa tanta gente, qué sucede?
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.