CAPÍTULO XI
EN EL CUAL ROULETABILLE EXPRESA CONCRETAMENTE SU
OPINIÓN ACERCA DEL ASESINO
ES techa de 27 de mayo. Cuaderno de Rouletabille.
Ya sospechaba que Estefanía sabía mucho
más de lo que me dijo. Acabé por arrancarle la confesión
de que el mes pasado acompañó a Odette en las nume-
rosas escapadas que hizo al bosque de Lavardens, en el
cual, a hurtadillas, se entrevistaba con un raro personaje,
con el cual, en cierta ocasión, su padre, el señor de La-
vardens, la vió con harto asombro suyo. Trátase de una
vieja que no es del país, que vive como salvaje, alejada
de todo el mundo, y tiene su albergue en no sé qué ma-
driguera.
Odette dijo confidencialmente a Estefanía que sentía
conmiseración por esa mujer, que gustosa le hacía algu-
na limosna, correspondida por la vieja con una especie
de adoración a su protectora. Frecuentemente esta vieja
le decía la buenaventura, le predecía altos destinos, de