Full text: El idilio inacabado

CAMA MAMA AAA 
ludó cón una inclinación de cabeza, empujó la 
puerta de la otra buhardilla y desapareció. 
—¡Ah maldito! — rugió Ibáñez —. Lleva pues- E 
tos mis zapatos, mis viejos y amados zapatos. 
Y comenzó a planear una venganza. 
IN 
La carta decía: 
“Señor artista: no sé cómo agradecerle su gen- 
tileza de enviarme una carta de recomendación 
que de tanta utilidad podía serle. Ya sé que fué 
usted el instrumento de que se valieron para favo- 
recerme SS. MM. los Reyes Magos. 
Pero es el caso, señor artista, que yo no sé fin- 
gir. Me presenté al venerable señor don Facundo 
(un excelente y generoso sujeto), pero acabé por 
confesarle la verdad y perdí la ocasión de efectuar 
un buen negocio. Para usted es esta empresa. Allí 
queda el cerero, en la mejor disposición del mun- 
do para que usted caiga en sus brazos; dispuesto, Á 
según me confesó, a ofrecerle su apoyo, su afec- 
to y algún dinerillo contante y sonante. 
Muy agradecido a sus buenos deseos. 
El poeta Aristarco Ibáñez. 
P. D. Quizás por equivocación, se quedó us- 
ted la otra noche con unos derrotados zapatos 
de mi propiedad. Le ruego que me los devuelva, 
por ser recuerdo de familia; pero me es muy grato 
ofrecerle en cambio ese maravilloso par de botas 
de charol.” 
AMMAMAMAMAAMMAMMAOVWWVMAAAAVAMMA MAGA MAA AMAN
	        
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