La gente transita decepcionada en su curiosidad,
fallida en su ansia de encontrar algo nuevo. Se des-
ahoga en comentarios despectivos:
—Nada. Como siempre. Lo de todos los años.
Verdaderamente no valía la pena de venir.
Mas a pesar de todo, pasan, miran, escudriñan,
observan; todo les choca y de todo se ríen.
Hay diálogos sabrosos. 6
Dos novios ante un puesto de helados:
—Ay, qué gracioso; mira: Besos tríos.
—Como los tuyos.
—Quéjate.
* oso
traje nuevo, pantalón corto, pelo
Dos niños—
atusado y húmedo—=se detienen ante el escaparate
de una pastelería. Por las rejas de la cueva sube un
vaho de horno oloroso y tibio de pasteles tiernos.
—Oye: óte gustaría a ti ser chica?
—A mí, no.
—A mí, sí.
—¿Por qué?
—Pordue si fuese chica los hombres me convi-
darían a pasteles. A mi hiermana y a las amigas de
mi hermana las convidan todas las tardes.
—|¡Suerte que tienen!
—Por ser chicas.
283 —