ENTRE PURGATORIO Y GLORIA 167
Todas estas ideas fueron acudiendo a mi
conturbado caletre y, tras mucho devanarme los
sesos decidí tomar pie de la falta de respuesta
de Carmita a mi carta, para dejar de verla con
la asiduidad que antes lo hacía, mostrándome
con ella cortés y deferente, pero al igual que lo
estoy con las restantes actrices de la compañía.
Y si alguien — Pepe Gómez por ejemplo, — me
preguntaba por la causa de mi cambio de acti-
tud, decirle que, habiendo recibido unas calaba-
zas monumentales, veíame en el caso de tocar
retreta y dejar libre el campo.
Con respecto a Isaba, no me era posible rom-
per con él ya que ningún agravio directo me ha
hecho. Por el contrario, he sido yo quien, bien
absurda e inocentemente, ha querido privarle
de lo que le pertenece por derecho de prioridad
y — según prueba lo que he visto — con perfec-
to asenso de la interesada, obrando en uso de su
libre albedrío y de su libertinaje, que decía el
Ctro,
Pero, con todo lo ocurrido, me pesa la estan-
cia aquí y, estoy deseando poder salir de estam-
Pía. ¿Hacia dónde? Mucho me tira el campo, y
Su tranquilidad será un positivo sedante de mis
Nervios, por lo que es más que probable que me
Marche a Navarra con mis tíos, a pasar lo que
resta de verano.
Si me decido, y no me da la ventolera por