er
Pm:
ENTRE PURGATORIO Y GLORIA 49
e
tas. A mí, francamente, no me gusta Jimmy a
caballo, me parece un muñeco, y he pensado en
Proponerle a usted, que sea mi partner. Me han
dicho que es usted un gran caballista. ¿Qué le
parece?
— Que acepto encantado y honradísimo por
lá elección, 1 Aaucy, que le agradezco en extremo.
No soy un caballista, como la han dicho, aunque
he practicado mucho la equitación allá, en la
Argentina, por necesidad, primero, por gusto
después.
. ¿Ves tú, papá, como acerté? — dijo la
Joven, palmoteando de contento.
— Lo que veo es que Artá es muy amable
Y que se presta a tu capricho. Y me alegro
de ello, porque a mí tampoco me seduce Jimmy
en clase de équite — añadió el marqués.
_. — Bueno. Pues entonces, amigo Artá, ma-
Mana mismo daré el nombre de usted, y ya con-
Vendremos cuando hemos de empezar a prepa-
rar los caballos,
— Yo, aquí no tengo ninguno, pero se arre-
glará fácilmente.
— ¿Cómo? ¿No tiene usted caballo y acepta
la Proposición de Lucy? — preguntó el marqués
de Beire.
— No traje ninguno. Y, emperezado con el
auto, omití adquirirlos aquí. Pero no tiene im-
Portancia. No se preocupe.