ENTRE PURGATORIO Y GLORIA 83
Precisaba ganarse la vida, hacerse un hueco en
el mundo; y estando Magda en tales angustias
un viejo amigo de la familia, don Fernando
Ruiz Fineza, de trato asiduo y sincero afecto,
aficionado además a comedias y comediantes,
como viese la disposición de la muchacha que
recitaba los versos caídos en sus manos al modo
y manera de una profesional de las de más
fuste, la empujó al Conservatorio, idea que
Magda acogió batiendo palmas, porque su ins-
tinto, antes referido, iba a la par de la clara
visión del viejo amigo.
La necesidad de pagar una apremiante deu-
Ga, adquirida en las postrimerías del. padre,
Cuando sin vacilar se apela a toda clase de me-
didas para que se prolongue la vida del ser que-
rido que va a emprender el eterno viaje, obligó
a la joven a abandonar a destiempo y precipita-
damente el centro de enseñanza.
Para actuar en Buenos Aires se formó una
compañía de segundo orden, con elementos de
aquí y de allá, bajo lo dirección de un empresario
conocido en el mundillo teatral por don Lorenzo,
amigo del viejo inspirador de Magda. Faltaba
én la Compañía una damita joven que hiciese los
papeles de ingenua, y no se encontraba ni para
un remedio la deseada. Todas las ingenuas ha-
llábanse ingenuamente colocadas, y entonces
don Fernando Ruiz Fineza, siempre pensando