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LA OLLA GRANDE 101
tras con reclamo. Hizo proyectos de ferrocarriles ima-
8Inarios; por la muestra de un pedrusco compró minas
fantásticas; se gastó un caudal en empantanar aguas
Ideales, y de esta suerte se le fué el gordo, por no haber
Sabido clavar a tiempo y en hora buena la rueda mu-
dable, contentándose con lo que le trajo de bóbilis bóbi-
do Murió de disgustos, según cuentan las crónicas, sin
dejar deudas ni bienes a aquella familia suya, hecha
Ya al vivir lujoso de quien tiene habitación cara, coche
dla Puerta, abono en los teatros de moda y residencia
Veraniega en playas aristocráticas.
Mujer de recursos imaginativos la de Durango y
“ohocedora del tanto vales cuanto representas, tomó
von resignación la catástrofe y se propuso arrastrar la
lastuosa apariencia hasta no poder más, que días que-
ban por delante para recluirse en un quinto piso y
Comer patatas; y en pro de semejante plan contaba con
Wenas alhajas de fácil salida o regular empeño, algu-
Nas escrituras a favor del difunto, que en manos de un
oMbre listo podrían cobrarse, y con el crédito virgen
eh ondas y almacenes, donde siempre había satisfe-
Sus compras al contado rabioso. Y mientras durase
h Mgaño y el mundo la creyese rica ¿no vendrían dos
po caídos del cielo que v'argasen con aquellas mucha-
» frescas, elegantes y apetitosas ?
la a cielo, por lo visto, se le había concluido la tan-
de Ss e que suele enviar a la tierra para remedio
Ma > res impacientes, y las ho "as volaban, las reser-
an acabándose, el crédito disminuyendo, y con él
e Peranzas de la de Durango, que se pasaba las no-
en vela, dándole vueltas al magín en busca de al-