114 E. GUTIÉRREZ-GAMERO
cm ___—
permitióse alguna observación, a que puso coto la auto-
ridad materna y la severa moral del presbítero con-
sejero,
Así terminó este magno proyecto y así me lo contó
la Puri cuando lo supo por Joaquín Mañara, su repo!-
ter favorito.
— ¿Estará usted contenta? — la pregunté.
— ¡Qué lo he de estar! ¡Me da lástima ese pobre
Chachito!... Verdad es que la ruptura con los necios
de Villafeliche le evita un gasto enorme, de esos qué
siempre chorrean; pero, ¿y lo que ha dado al bandolero
de Orioles tan inútilmente? ¿Es un grano de anís?..*
¡Todos se conjuran para sacarle el dinero!... ¡Lo que €5
por este camino...! ¡Amigo Doro, usted y yo, al fin y al
cabo, tendremos que hacer una que sea sonada!
— ¡Gran Dios! — exclamé sin que la Puri me oyer%
— ¿qué será lo que tendremos que hacer la Puri y yo?