206 E. GUTIÉRREZ-GAMERO
para hacer dinero arguye talento práctico, y más gana
el pais con poseer unos cuantos hombres de tan culmi-
nante capacidad, que no con la multitud de ignaros que
trabajan como negros y no saben reunir arriba de cua-
tro miserables ochavos. Por tal motivo a estas razas
próceres que tienen manejo y vena para hacerse multi-
millonarias, las miro con delectación respetuosa.
Poco a poco fué llenándose de gente, no sólo el gran
salón del hotel, sino todos los que se hallan en el piso
principal; pero donde estaba el hervidero de los nego-
cios era en el que forma rotonda, y cuyos tres gran-
des ventanales dábanle una luz discreta que tamizaban
los stores de finísima tela, sobre los que campeaba la
condal corona, ganada allá en Cuba por el conde de
Horche haciendo de la harina mala y podrida riquísimo
pan de flor. En dicha rotonda dispuso el dueño de la
casa varias espaciosas mesas, bien provistas de útiles
de escribir, y sobre cada una de ellas un aparato tele-
fónico para que las comunicaciones, donde pluguiera
a los invitados del conde, fueran rápidas.
En la rotonda me metí, bajo la salvaguardia de
la representación portalesca, para rozar mi levita 7
las levitas y americanas de aquellos magnates, y mien-
tras llegaban los telegramas de provincias anunciado-
res de las cantidades suscriptas, me coloqué junto al
quicio de una ventana, donde menos bulto hiciese, Y
me entretuve en observar las caras y los gestos de 108
entrantes y salientes que cuchicheaban con las dos C0-
lumnas del empréstito, Horche y Rinconada, dos ent-
migos furibundos en la plaza cuando se trata de hincar
el diente al negocio que salta, y ahora dos hermano%