Full text: La olla grande

392 E. GUTIEÉRREZ-GAMERO 
piés como si fuera algo tomado de la bebida; tal era 
el desorden de mi organismo sensible, 
— ¡Vaya unas horitas! ¿De juerga, eh? ¿Con algu: 
nas minusas quizás? — díjome al abrirme la puerta el 
sereno, que, por ser paisano, se permite conmigo cier- 
tas familiaridades. ' 
Yo le miré sin responderle, y repitiendo la palabra 
minusas, con que él había bautizado a las mujeres de vida 
alegre que por allí pululaban, como si semejante bárba- 
ro vocablo concretase en un solo punto el cúmulo de 
ideas que atarazaban mi espíritu, subí los ciento cincó 
escalones de mi casa medio sonámbulo, y así llegué has: 
ta tocar el borde de mi virginal lecho. 
Me acosté de golpe, y soñé que Clarita estaba en la 
isla de los Feacios lavando unos pañales, que yo mé 
aparecía a ella con el traje de Ulises, que la de Quin- 
coces nos hacía gestos indecorosos y que mi sereno no 
llevaba a la prevención diciendo: ¡Minusas, minusas!
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.