Full text: La olla grande

46 E. GU" Pi RREZ-GAM ERO 
da, sino que me callé, mirándole de hito en hito, a ver si 
se enteraba de mis ideas correctivas de su estolid Zy 
ante el adusto gesto de mi faz). 
— La cooperación que de usted solicito es muy sen- 
cilla y barata. Redúcese a que me prepare usted el te- 
rreno con mi padre, a quien no me atrevo a lanzarle la 
petición de manos a boca — añadió, sin haberse perca- 
tado de cuán elocuente era mi actitud silenciosa. 
— ¿Y si don José María me pregunta en qué ha em- 
pleado usted ese dinero, le entero de que ha sido tiran- 
do de la oreja al señor don Jorge? 
— Usted dígale lo que quiera, con tal de que le com- 
ponga la cabeza y luego no me tire un derrote — respon- 
dió el muy irreverente, empleando esta figura taurina 
tan ofensiva para el decoro y la honra de sus señores 
padres... 
¡ Y ahora váyale usted a Chachito con la MONSErge 
de los diez mil pesos de su pimpollo!... Lo más proce- 
dente hubiera sido callarse y dejar que Carlitos se las 
compusiera con su pr vcd ; pero como pena que me 
impongo haciéndolo público, diré que me acometió un 
vivísimo deseo de proporcionarle un disgusto a mi jefe, 
y en cuanto volvió de sus impuros refocilamientos le 
descerrajé el tiro de las cincuenta mil pesetas, 
— ¡Cincuenta mil... cuernos! — (no dijo cuernos, 
sino una palabrota que, sin duda, aprendió cuando ba- 
rría la trastienda allá en Cuba). 
— La juventud, señor don José María, que ocupa la 
posición de Carlitos, ha menester de ciertos gastos de 
representación — interpuse hipócr itamente, con objeto 
de exasperarle.
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.