Full text: La olla grande

76 E. GUTIÉRREZ-GAMERO 
seme el corazón a la garganta, no cabría seguramente 
el espacio de un ¡ay!; y con tal apresuramiento s€ 
puso a palpitar el muy blandengue, que me vi obligado 
a sentarme hasta que entró en caja tomando su natu- 
ral ritmo. 
¡Por fin! ¡Por fin llegó el ansiado instante, el soñado 
punto que marque la conjunción y ayuntamiento espi- 
ritual de dos seres nacidos el uno para el otro y bajo un 
mismo signo zodiacal. ¡Por fin va a hacerme deposita- 
rio de las timideces. de su alma de niña! ¡Y qué placer 
tan intenso al escucharlas, qué goce tan infinito al ver 
cómo unos purpurinos labios descorren, con palabras va- 
cilantes, los misterios de la emoción que empuja el her- 
vor inconsciente de la naturaleza! ¡ Y qué sensaciones tan 
delicadas las que voy a experimentar cuando me diga 
cómo en el fuego de mis ojos adivinó la llama que me 
abrasa, cómo desde aquel entonces se fué su querer en 
pos del mío, tal se atraen los átomos químicos por causa 
de ignotas afinidades; cómo cruzaron por todo su cuet- 
po oleadas inexplicables, vaivenes de alegría y pena» 
revuelos del deseo hacia un algo venturoso que fuese al 
mismo tiempo agitado vivir y dulce reposar...! Y aho- 
ra vendrán las tiernas confidencias, las sabrosas expan- 
siones con aquello de: “¿Te acuerdas, dueño adorado, 
de la mirada que te dirigí cierta mañana cuando me tra- 
jiste unos sobres y dos cuadernillos de papel? ¿Te fijaste 
en el suspiro que exhalé una tarde cuando nos cruzamoS 
en el corredor? ¿No notaste cómo alabé un día delante 
de ti a los hombres que usan patillas, con preferencia 
a los que se dejan toda la barba? ¿No viste cómo me 
quedé con un limpiaplumas que tú tenías en gran pre- 
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