LA OLLA GRANDE
Werme que le cuente lo que ocurre en la casa ajena? ¿Qué
€ lo que ha pensado de Teodoro Monturque?
Con justa causa recelaba yo de este don Pablo Ca-
ares, Su actitud cuando la constitución del Trust del
lo Chumbo hizo despertar mis sospechas acerca de
lealtad para con mi jefe. Él es hombre metódico y or-
fado, sin líos escandalosos, ni pretensiones de princi-
Dalidad, ni pujos nobiliarios, ni afán de exhibición bu-
Anguera : : no tiene, en una palabra, defectos conocidos,
Y Según un mi amigo, de los de la tertulia del Suizo,
%Y que desconfiar mucho de los hombres que no poseen
k Viciog, Pongamos, además, que en la breve plática que
. da tuve, mal aconsejado por mi impaciencia de es-
'me de las suaves garras de la Puri, le descubrí su
» pezón envidiosa y ello fué suficiente para arrepentir-
Me del mal paso.
dl
y Desechado don Pablo de Cañizares, no me queda otro
, "curso que permanecer al lado de don José María, suce-
lo que quiera; y si la Puri desiste de sus miras sobre
) Y honradez de Teodoro Monturque, y si algún día hace
Brie que mi jefe me da alas para decirle mi pen-
e] W%, Preciso será prevenirle contra su amigo don Pablo,
que encubriéndole la ocasión por la cual he visto la
a,
| ey talea de sus cocina Y después de todo, ¿a mí
* más me da.
bl 0 que me conviene es estarme a la capa y ver venir
“ontecimientos. Porque si me despido de Chachito,
¿dó ,
dano ir? Y por otra parte, entre la Puri y mi-con-
Cla,
Lo a que a mí me sucede... ! ¡ Vamos, si es para...!