274 QUIEN NO VIÓ A SEVILLA...
Más, el presbítero Rodrigo Caro, nacido en Utrera,
de Sevilla, y Diego Ortiz de Zúñiga, produjeron para las
generaciones siguientes las obras que les sirven de ejecu-
torias de maestros en la historia escrita de Sevilla. Ro-
drigo Caro, en sus Antigiiedades y principado de la ¿lus-
trísima ciudad de Sevilla y Corografía del convento
jurídico o chancillería antigua de Sevilla, etc., no obs-
tante seguir las fábulas de los falsos cronicones, y Ortiz
de Zúñiga, en sus Anales eclesiásticos y seculares de la
muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, etc., de 1248
a 1671, aunque rehusó deshacer leyendas; ambos hicieron
meritoria labor de investigación, de composición y de juício
histórico, que sirvió de modelo en sus géneros; sus nom-
bres son imperecederos en nuestra literatura, y sus libros
continúan siendo fundamentales en la historia escrita de
Sevilla.
SiaLo XVII —Ya indicamos que la labor de este siglo
es muy inferior a la del próximo pasado: no produce obra
fundamental y se reduce a limitada continuación de lo
hecho anteriormente.
Antonio Espinosa y Cárcel corrigió los Anales de Zú-
figa y ampliación desde 1672 a 1700.—El presbítero Luís
Germán y Ribón adicionó los Anales de Zúñiga y con-
tinuación desde 1672 a 1770.—El clérigo Francisco Ja-
vier Aldana, en sus Memorias sevillanas, de 1680 a 1726,
compiló noticias y memorias, tomando material de Gón-
gora.—Y el religioso Fermín Arana de Varflora, (anagra-
ma de Fr. Fernando de Valderrama), además de sus Hijos
de Sevilla ilustres, etc., resumió los libros de Morgado,
Montero, Caro y Zúñiga, en su Compendio histórico-des-
criptivo de Sevilla.