MANUEL GÓMEZ ÍMAZ 63
SEVILLA Y DAOIZ
fe que estuvieron acertados los clásicos cronis-
tas de nuestra insigne ciudad de Sevilla al llas
marla la Atenas española por su cultura lite-
raria y su bizarra exuberancia en todas las
/ manifestaciones de las Bellas Artes; ninguna
ciudad española revela más finura de espíritu en sus ac-
ciones e ideales, ni mayor elegancia en sus creaciones ar-
tísticas, que esta ciudad de Andalucía, cuya capitalidad
ostenta como si ella fuera expresión neta del espíritu y
alma andaluces, o síntesis del ingenio, de la ardorosa y
chispeante imaginación y de la sana alegría andaluza, sana
y regocijada alegría que brota risueña del alma cuando
es manantial puro y deja correr su clara linfa por cauce
limpio de todo sedimento y heces que lo enturbien. El gran
Cervantes, cuyo ingenio es, a Su vez, sintesis del alma
castellana, y llamo alma castellana como expresión total
de generalidad española, se asimiló el humorismo andaluz,
ático por excelencia, que luego vertió a raudales en aque-