Full text: El puño

mos de hablar; así, pues, también del cónsul X, que 
se encuentra, con su señora, de viaje. 
—¡El viejo X..., comerciante notable! —exclamó 
el jefe—. Sí, tiene usted razón. Murió, hace tres 
años, en Suecia. Se corrió entonces la voz de que 
se había suicidado. 
Krag prosiguió: 
—Como usted bien sabe, hace algunos años fue- 
ron sus negocios de mal en peor. Luego estuvo en 
el extranjero, dedicado a la “industria”. Su fami- 
lia, especialmente su hijo, que poco a poco fué sa- 
liendo adelante, vivió por cierto tiempo en la creen- 
cia de que él había perecido en el naufragio del va- 
por “Bourgogne”. Pero de repente volvió a presen- 
tarse en Cristianía. 
—Lo recuerdo—asintió el jefe—. Y por aquel 
tiempo fué reclamado por la Policía inglesa y la 
francesa. Cometió luego aquí, en Cristianía, un par 
de acciones criminales, y nosotros procuramos pren- 
derle; pero ya había desaparecido. 
—Después propaló la especie de que había fa- 
llecido en Suecia—prosiguió Krag—. Y su familia, 
que ansiaba verse libre del miserable, puso cuanto es- 
tuvo de su parte para que se diera crédito a la espe- 
cie. Finalmente, se consideró tan seguro, que regresó 
157
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.