V
—«e Asesinato o suicidio ?—preguntó el detective.
—No lo sé aún—contestó el jefe—. Pero ahí
viene el funcionario que estuvo en el cuarto de la
joven. Puede preguntárselo usted mismo.
El joven funcionario acababa de entrar y toda-
vía aparecía intranquilo y nervioso. Krag le pidió los
informes que conociera.
El comenzó diciendo:
—Obedeciendo las órdenes de usted, fuí a la casa
de la joven. Esta habitaba en Griinerlókken un
cuarto amueblado, en un cuarto piso del patio. Lla-
mé y la patrona me dijo que la señorita Strand esta-
ba, contra su costumbre, en casa, porque eran sus
cumpleaños; y me mostró la puerta de su cuarto.
Llamé a aquella puerta, pero nadie respondía. Lla-
mé más fuerte, y la patrona golpeó con el cerrojo
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