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Un trabajo de importancia considera- 
ble sobre antigúedades peruanas, pero es- 
crito más de un siglo después de la con- 
quista, por el padre jesuita Bernabé Cobo, 
contiene la afirmación de que Francisco 
Pizarro mandó tres españoles al Lago pa- 
ra visitar la isla y llevarse de allí una es- 
tatua, una mitad de oro y la otra de plata, 
que se dice haber llevado ellos al Cuzco.(? 
Si esto es cierto, debe haber sucedido des: 
pués de la primera visita, porque de lo 
contrario se habría hecho referencia a ella 
en el informe de 1534. Sin embargo, Co- 
bo apoya la (entonces general) creencia de 
que los principales objetos de ceremonias 
fueron, a la aproximación de los españoles, 
ocultos o arrojados al Lago. El agustino 
fray Alonso Ramos, quien residía en Co 
pacabana al mismo tiempo que Cobo, pero 
que escribió treinta años completos antes 
que él, dice: “A lo que ya tenemos dicho 
respecto (el templo de) a Titicaca agrega- 
remos que era el más frecuentado de la 
monarquía y con grandes riquezas, que, 
según creencia corriente, los indios arroja-