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la Relatione per Sva Maestá, fol. 413, afir-
ma: “ds gli offeriscono oro dz argento, ds
altre cose” Estas ofrendas se hacían en el
roca ““in vna gran pietra che é nell'Isola
che la chiamano Thichicasa”. Garcilasso:
Comentarios, I, fol. 80: “Ofrecían cada
año mucho oro y plata”. Ramos: Historia
de Capacabana, pág. 11. El mismo autor
menciona que Huayna Capac, quien murió
cuando los primeros españoles llegaron a
costa del Ecuador, fué a la isla de Apin-
gúila a hacer ofrendas a un nuevo fetiche
llamado “Yatiri” (esta es probablemente
una confusión, puesto que “yatiri” es el
título de una clase de hechiceros); fué di-
suadido y mas bien fué a la isla vecina de
Pampiti: “Obstinado sin embargo, en su
capricho creyó oir un oráculo de sus ído-
los que le mandaban Jlevase a otra parte
los sacrificios de oro y plata, llamas, cosas
preciosas, y aun de niños; pero no allí si-
no en Paapiti, otra isla inmediata”. Se
dice que existen figuras como las que se
desenterraron en Titicaca enterradas. sea
en Apingúila o su vecino menor Pampiti