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Copacabana en 1617, pero no hace alusión
a la pretendida visita de 1618, aunque ya
le que
se estuviera organizando. También «
ni Ramos, ni Oalancha, ni San Nicolás tie-
nen palabra que decir respecto a Fray Bal-
1
)
l
tazar de Salas. (” Esto no justifica, sin
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embargo, la negación de la visita. (
Eo] >
Sin embargo, Cobo alude a una tenta-
tiva para registrar Coati en busca de teso-
ros hecha en 1617: «La fama que you oÍ
estando en esta provincia el año de mil y
seiscientos y diez y siete es que hay gran
riqueza en la isla de Coatá; a la cual fueron
entonces ciertos españoles en un barco y
no pudieron hallar cosa». (7.
En tiempos modernos, Coati y sus rul-
nas han sido y son revueltas y saqueadas,
a intervalos. Los indios del villorrio de
Sampaya, en tierra firme, y dos ocupantes
anteriores de la isla, (” han hecho mucho
daño a las ruinas y se nos aconsejó no hacer
excavaciones dentro de Inakuyu, o de cual-
quiera otro edificio, en general, puesto
que habían sido completamente saqueados,
afirmación apoyada por las apariencias.
Las terrazas en frente de los edificios se
decía que sufrieron menos, pero de estas
plataformas sólo quedaba una—Kalijpata.
e o