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cidos de Ondegardo no contienen folk-lore
de Titicaca, de manera que Calancha debe
haber tenido acceso a escritos que todavía
no están publicados. Dice que, según lo
que averiguó Ondegardo, los primeros hom-
bres vivieron en la oscuridad y fueron des-
truídos cas1 todos por un diluvio, pero que
volvieron a multiplicarse y que los cons-
tructores de Tiahuanacu se volvieron pie-
dras; después de lo cual aparecieron en
Tiahuanaco el sol y la luna. <Inmediata-
mente fué el sol hacia el indio Mango Ca-
pac, lo adoptó, lo hizo rey...... y luego se
elevó al cielo». ('%
El P. Hipólito Maracci, ('% el agustino
fray Fernando de Valverde y, finalmente,
el agustino fray Andrés de San Nicolás, ("”
todos apoyan sus afirmaciones en los escrl-
tos de fray Alonso Ramos Gavilán. San
Nicolás, después de repetir en esencia lo
que dijo Ramos, admite: «El fundamento
que los indios tenían en adorar la isla y la
roca...... era porque en ella tenía la fami-
lia de los incas su orígen fabuloso». ('"'
Mientras las tradiciones que hemos
compilado difieren en detalle considerable-
mente unas de otras, el fondo concuerda
bastante bien en que todas asignan a un