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haciendo la parte de los cambios que el
contrato con los españoles había producido.
Regresó de Méjico a los Estados Uni-
dos de América a fines de 1881, llevando
consigo colecciones arqueológicas y, como
resultado de sus exploraciones, escribió
luego su libro <Un reconocimiento arqueo-
lógico en Méjico», libro cuya segunda edi-
ción se agotó. En 1881 igualmente publi-
có: «Introducción histórica a los estudios
relativos a los indios sedentarios del
Sudoeste de los Estados Unidos», obra que
tuvo dos ediciones, ambas agotadas. En
1882 regresó al Nuevo Méjico, en compañía
de su esposa, a quien deseaba hacer cono-
cer ese país tan interesante y según él, en
muchos puntos parecido a Bolivia. En este
año ocurrió el fallecimiento de su amigo y
consejero, Mr. Morgan.
Otra vez metido entre los indios de
Cochite, reanudó sus interrumpidas inves-
tigaciones.
A fines de 1882 emprendió un viaje al
través del Nuevo Méjico y hasta el territo-
rio de Arizona, y esta expedición duró sie-
te meses. Un mozo que llevó de Santa Fé
y le servía de guía, no pudo resistir a la
intemperie y le abandonó en el primer mes,
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