PREFERENCIAS MENTALES EN EL HABLA 115
objeto: siempre denuncian una tensión interesada entre sujeto
y objeto.
Desde este punto de vista de la forma interior de lenguaje,
podemos señalar dos rasgos mentales del habla pampeana. Uno
se refiere a la vegetación espontánea de la llanura: el otro al
caballo.
El paisano no llama hierba a la vegetación herbácea de su
suelo. Conoce, sí, y usa esta palabra (que pronuncia yerba con
ana y un poco rehilada, aunque no tanto ni tan arrastrada como
en la pronunciación de Buenos Aires y de las otras ciudades del
Litoral; en todo el Río de la Plata se ortografía fonéticamente
yerba). Pero el sentido es otro. Es un término venido desde la
industria yerbatera para designar la “hierba misionera”, “hier-
%a paraguaya”, “hierba argentina”, “hierba brasileña o parana-
guá”, “hierba mate”, es decir, el caáú miní de los guaraníes: la
hoja del arbol dex paraguayensis tostada y molida para: ser uti-
lizada en infusiones. El argentino no se representa la yerba co-
mo vegetación en el campo, sino como producto industrializado
que adquiere en el almacén o en la pulpería, ya que sólo después
de tostada y molida la hoja del iler paraguavensis adquiere as-
pecto de hierba triturada,-
Vamos a dejar, pues, de lado la yerba, porque ahora hemos
de considerar con qué estilo mental piensa el paisano ganadero
la vegetación espontánea de la Pampa; deben quedar también
entre paréntesis los árboles, frutales o no, que el gaucho llama
plantas (una planta de durazno, etc.) ya que se deben en la
Pampa a la mano del hombre y, Son raros. Y entonces compro-
bién en cada individuo, El estilo nace del conílicto y necesario marida-
Je entre la forma interior comunal y la individualidad. De aquí la im-
posibilidad de traducir a otra lengna en $u última intimidad las obras
literarias.) E.
La otra cara de la forma interior se refiere al repertorio limitado
de esquemas lógicos que deben ser realizados — de modos cultural
mente diversos —. por todo idioma. Bien podríamos diferenciar en es-
pañol, de un lado, la forma interior de lenguaje que corresponde a
un idioma dado, y de otro, la forma interior del lenguaje. Aquí nos
ocupamos. del lado cultural de un habla determinada. El lector español
puede ahora ver una magnífica exposición del lado lógico y general de
esta idea en el libro de E. Husserl, Investigaciones lógicas, tomo “II,
investigación VI (Publicado en la Biblioteca de la “Revista de Occi-
dente.) Según nota del autor, se trata de una investigación personal,
que, sorprendentemente, ha llevado a Husserl a una concepción muy pró-
ima a la que hace un siglo esbozó Humboldt