Full text: T. 80.1933=Nr. 292-295 (1933008000)

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NOSOTROS 
tiempo las vacas buscan el cardo asnal (en España borriqueño) 
y el de Castilla. 
Téngase en cuenta lo reciente de esta mutación en el valor 
de cardo, y que por eso guarda a veces parte de su valor colonial. 
Salvado esto, resulta que cada uno de estos cuatro conceptos 
(en el hablar, valores) está deslindado por los otros del sistema. 
Cada concepto está deslindado por los otros del sistema con 
ana perspectiva unitaria: la de una economía ganadera. Este 
punto unitario de subordinación, que es lo que constituye la “for- 
ma interior de lenguaje”, ha ido desplazando progresivamente 
las significaciones de esas cuatro palabras, encajándolas y ar- 
mándolas en maquinaria nueva. Yuyo significaba antiguamente, 
como todavía significa en el Perú, en Colombia, en el Ecuador, 
las hierbas comestibles para el hombre, las verduras. Pero aquí 
el colono español y el criolio, que no eran hervíboros, se desen- 
tendieron de ese significado y guardaron la palabra yuyo para 
designar otra clase de vegetación que les afectaba más directa- 
mente. En la visión de la naturaleza que tenía el argentino, cada 
vez se fué afirmando más la idea de que, en la vegetación es- 
pontánea, yuyo era exactamente lo que no era pasto, ni paja, vi 
cardo. Las palabras que usamos forman como un sistema plane- 
ario y gravitan hacia los centros de interés vital que constituyen 
el sentido mismo de nuestra vida. Al desplazarse y mudarse los 
centros de nuestro interés, todo el sistema léxico se va descolo- 
cando y reorganizando según el nuevo sentido íntimo. El des- 
plazamiento de significado en el argentino yuyo, así como el 
cambio de “valor” en la palabra cardo, se debe a que ha cambiado 
el principio de subordinación, el punto central de mira que coor- 
dina en sistema una pluralidad de términos. Algo de su lengua. 
Algo que nos mediodescubra sus anhelos, sus luchas, sus fanta- 
sías, sus prejuicios, sus hitos, sus temores, hechos forma en el 
lenguaje. En boca de los argentinos del llano, ni paja, ni yuyo, ni 
pasto, tienen ya hoy el mismo significado que en el español 
general, y cardo, aunque con el mismo significado. tiene muy 
diferente “valor”. 
Esta humanidad pampeana se plantó en la llanura centrando 
su vida en la ganadería, y este interés vital le hizo conformar, 
estructurar, partir, desmembrar, articular, es decir, dar forma,
	        
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