Full text: T. 80.1933=Nr. 292-295 (1933008000)

198 
NOSOTROS 
competir, fuera de fronteras, con las editoriales españolas, pero 
podemos competir dentro del territorio nacional y queremos 
competir. con la aspiración —legítima— de hacerlo mañana fuera 
del país en los demás pueblos hispánicos. 
En consecuencia: se puede contratar una traducción para la 
Argentina, aunque no se pueda contratar una traducción para 
todos los pueblos de lengua castellana. Si realizamos ediciones 
argentinas tendremos vencidos todos esos quebrantos que veni- 
mos citando. Esto es lo que quiere la Sociedad Argentina de 
Escritores y el propósito, desde un punto de vista nacionalista, 
es loable. 
Mas, para simplificar el caso en la práctica, tomemos un 
ejemplo: el escritor inglés Bernard Shaw, Antes de promulgarse 
la ley de propiedad intelectual ocurría lo siguiente: 
Un editor español —puesto que el argentino no podía com- 
petir con él— contrataba los derechos de traducción al castellano 
de las obras de Bernard Shaw. El argentino que quería leer 
esa traducción tenía que adquirir el libro español; proporcionaba 
recursos económicos a España, contribuía a la prosperidad de la 
industria editorial española, tenía que conformarse con la traduc- 
ción que el español le servía y no podía disponer de Bernard 
Shaw, que interesa a un número determinado de lectores, para 
enriquecer el catálogo de una editorial argentina y de esa forma 
aumentar su interés, con indudable beneficio para los libros ar- 
gentinos que en él figurasen. Además era un escritor español 
el que había percibido el importe de la traducción y demás tra- 
bajos complementarios de la versión española. 
Frente a eso aparecía la edición fraudulenta. Un titulado 
editor argentino proporcionaba trabajo a una imprenta del país, 
movilizaba una determinada riqueza y ponía el libro al alcance de 
los lectores argentinos, generalmente a precios más reducidos 
que la edición española, puesto que se limitaba a tomar un ejem- 
plar de ésta y copiar la traducción, sin pagar al autor ni al tra- 
ductor. 
Esto, aparte de ser un despojo y causar un daño moral a 
la “Argentina, le causaba los siguientes quebrantos materiales: 
como eso podía ser realizado por cualquiera, los editores frau- 
dulentos se arrebataban unos a otros las obras de éxito, lo que
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.