Full text: T. 80.1933=Nr. 292-295 (1933008000)

CRÓNICA 
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cia con el blanco. El genio argéntino elaborado en un hirviente crisol 
espiritual, nada debe de su grandeza al espíritu indio. Esa tristeza que 
se le achaca a aquél y se atribuye a la parte que pueda haber de san- 
gre india en la sangre argentina, ¿no se ha pensado en ir a buscarla 
en el andaluz —hijo del árabe— y en el italiano meridional —hijo tam- 
bién del árabe y del andaluz—, elementos de gran importancia en nues- 
tra formación? Durtain mismo señala el contacto, Lo que en el ar- 
gentino se toma por tristeza es reserva y dignidad, —creemos que al- 
guien lo ha dicho ya— si se quiere un poco de cortedad. Desarrollar las 
razones de la decantada tristeza argentina, mos llevaría lejos y fuera de 
los límites a que deben contraerse estas líneas. 
El que antecede es un ejemplo; podríamos añadir algunos más. 
También hemos dicho que muchas de sus observaciones son feli- 
císimas, Los dos capítulos en los cuales las mismas se concentran, por de- 
masiado breves no descubren sino esquemáticamente las razones en que 
Durtain apoya su argumentación. No estamos conformes del todo con 
algunas de ellas. Si bien creemos en el fin, disentimos en la apreciación 
de los medios de que nuestro pueblo ha de valerse, o se vale, según 
Durtain, para lograrlo. Nos llevaría muy lejos la discusión. Señalemos 
únicamente que, como él, creemos en que toda civilización verdadera 
es de orden espiritual y que frente a la quiebra de la civilización del 
confort, la civilización material encarnada en los EE. UU,, frente al 
tremendo caos ruso y a la indecisa Europa, Hispano América, en la 
que alientan jóvenes y pujantes fuerzas heredadas de los paises baña- 
dos por el sacro mar Mediterráneo, es el continente destinado a marcar 
una nueva etapa en el progreso del hombre. Su destino está en los al- 
bores. Verlo como viajero fugaz significa una retina ávida y segura. 
Pero... que el Sr. Durtain lo sepa, Por aquí no creemos en la 
influencia ni del espíritu indio ni de lo que él llama las civilizaciones 
del infinito, de la inmovilidad, ni las deseamos, en los destinos de nues- 
tra raza, sino en la eficacia de sus propias fuerzas jóvenes y pujantes 
en su nuevo campo de acción: Hispano-América. 
E. 8. C 
Figures Sud-Américaines, por Manoel Gahisto. Albert Messein, editeur. 
París, 1933. 
La biblioteca Essats et critique, que dirige León Bocquet, acaba de 
- publicar este volumen, firmado por un viejo amigo de Hispano-Amé- 
fica y de esta revista: Manuel Gahisto, , 
Está consagrado al poeta bahiense Castro Alves, cuya breve vida, lle- 
na de episodios románticos, renace en las páginas de Cahisto por virtud 
del amor con que éste la pinta y examina su obra; al gran Coelho Net- 
to, evocado en una serie de anécdotas que descubren su alma de calidad 
insuperada; a Manuel Gálvez, brevemente estudiado a través de su 
Producción novelesca y de algunos de sus críticos; a Rufino Blanco 
Fombona, polígrafo venezolano de quien traza también a vuela pluma 
su vida, que por sí sola es una apasionante novela. 
El libro. de Gahisto es efusivo; y el contagio que toda efusión co- 
munica lo hace valiosísimo, en cuanto supone un elemento que despierta 
ansias de llegar a la intimidad de las obras realizadas por hombres a 
quienes se nos acerca tan discretamente, mediante algunas indiscre- 
ciones, 
Gahisto ha traducido al francés a Gálvez y a varios escritores de 
lengua portuguesa, poniendo así en contacto los públicos que leen fran- 
cés con figuras relevantes de nuestras letras. y divuleando el nensa-
	        
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