CRÓNICA.
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El forzado apresuramiento periodístico justifica muchas cosas, pero
la ligereza llega a veces a un extremo que acusa un descuido y una
inconsciencia increíbles. La tergiversación de los hechos, no intencional
sin duda, resulta aún más grotesca por la circunstancia de haber estado
yo mismo presente en la última parte de la entrevista del reporter de
Crítica con Astrada en el Hotel Jousten, el día 3 a la mañana, y haber
intervenido en su conversación.
Saludo a ustedes con distinguida consideración,
FRANCISCO RoMERro.
Buenos Aires, 24 de octubre de 1933.
Señores Directores de Nosorros.
Estimados amigos: En el artículo que publiqué en el penúltimo nú.
mero de Nosorros, sobre los premios literarios de 1030, dije, aduciendo el
hecho en simple corroboración de una tesis de fondo, que mi distinguido
amigo Dr, Manuel Gálvez había rechazado el segundo premio que se le
otorgara en año precedente, porque se consideraba acreedor al primero,
en razón del valor de su obra conjunta. En el número subsiguiente de la
misma revista el doctor Gálvez me rectifica: lo rechazó porque estimaba
que no sólo su obra total sino también sus dos volúmenes del año, Hu-
maitá y Los caminos de la muerte, le daban título en aquel sentido,
Acepto la rectificación: nadie mejor que el propio interesado para
conocer los factores de su determinación. Pero pido permiso a mi dis-
tinguido amigo Dr. Gálvez para mantener mi convicción, acaso equivo-
cada, de que esos dos libros, pese a sus valores, no llegan a los puntos de
La maestra normal o Nacha Regules. He leído los juicios de Larbaud y
otros al respecto, sin que mi convicción se alterase. En éstas hay menos
historia y epopeya, pero se rezuma, a mi ver, mayor frescura y natura-
lidad, un hálito de alta psicología y un lirismo tan sentido y hondo, que
seducen y arrastran,
Sin propósito ninguno de “hacer” polémica, y al solo objeto de salvar
una opinión personal, me tomo la libertad de molestarles pidiéndoles la
Publicación de estas líneas y me complazco en estrecharles la mano.
ALFREDO COLMO.
Necrología.
ESE mes hemos tenido que deplorar la muerte del s EA
CÁrpEeNas, uno de muestros amigos y colaboradores, rae e e
en su juventud estudió en la Universidad de Deivani, sr e del
cado espíritu de artista: sentía especial predilección o, Versiones
glesas, En muestras páginas publicó repetidas veces DE o
y paráfrasis de Shelley, Longfellow, Moore, Carew, bell d _
una, completa, de la Balada de la Cárcel de Reading (a 1 a
más tarde editada en un lindo librito, traducción ésta en la cua y
fidelidad al pensamiento y lenguaje de Wilde, así NU. su ó alienta
estrofa, se apareja con una viva intuición poética del espíritu qu
en la dolorosa elegía, , .. ,
Jacinto Cárdenas tuvo en su madurez una destacada actuapión pel
tica y ocupó una vocalía del Consejo Nacional de Educación. Había
hacido en 1864.