Full text: T. 80.1933=Nr. 292-295 (1933008000)

230 
NOSOTROS 
zas. Hoy la piedra de los montes es de cera y la va modelando 
Sigilenza con los ojos. Los collados tienen una piel de albérchi- 
g0; las umbrías un verde íntimo para corderos de San Juan 
Bautista niño. Sendas frescas como si principiasen a corref es- 
ta tarde. Sendas humildes hechas de pisadas ajenas, y siempre 
parece que se dejan abrir virginalmente por nuestros pies. Nues- 
tros pies obedecen las viejas pisadas de otros hombres y afirman 
la senda para los que han de venir. Seguimos y creamos. Y ofre- 
cido su elogio, inspirado por la felicidad de hoy, Sigiienza ve 
un resplandor 4 zul de los riegos, y exclama: Ser como el agua 
de estos manantiales, agua estremecida de todas las imágenes de 
su camino; la misma agua desde la sierra al llano; el mismo 
cuerpo en cada gota y en las distancias, en su conjunto y mul- 
tiplicadamente, sin perderse en su unidad. 
“Quiere retorcerse, desmenuzarse, sentirse en todo, ser 
todo; desarrollarse como las plantas, correr en el agua, exhalar- 
se en los sonidos y en los olores, resplandecer en la luz, enco- 
gerse bajo todas las formas, descender hasta el fondo de la ma- 
teria: ser la materia. Esta fué la postrera tentación de San An- 
tonio, la que sólo pudo resistir persignándose y rezando. 
“Pero Sigiienza no es Antonio. Pronuncia cada una de esas 
avideces, representándoselas y sintiéndolas con sus capacidades 
y limitaciones de hombre. Goce dolorido del propio contorno en 
la inmensidad. Y toma su sombrero y su cayada, y sale por un 
camino calcinado y cerril, rodeando unas lomas eriales. El monte 
Ponoch se le presenta como una hoguera; dentro de la calina, 
la roca tiene la vibración de la llama. 
“Pasa un cuervo. Debe ser el- mismo de todas las tardes. En- 
ciende más el azul que van tocando sus alas, y pone su acento 
a la soledad del campo”. 
Basta. Si por mí fuera, en vez de escribir yo, leería pá- 
ginas y páginas de Miró. Hay cien iguales, cada una más bella 
que las otras en este libro Años y leguas, culminación de su 
prosa y metamorfosis de todas las cosas del mundo en imáge- 
nes y sensaciones. Es el mago de la palabra, espejo sensorial de 
cuanto cabe en los cinco sentidos y en el espíritu receptor del 
hombre. Si pudiera limitar mi tarea al análisis de las frases que 
voy citando, surgiría de ellas un maravilloso arte de transpo-
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.