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O NOS ra
RT
LA QUINCENA
Informan las novedades de esta quin-
cena una barbaridad de asuntos á cual
más estrafalario.
Pero es imposible que « mojemos» en
. todos.
El traído y llevado «entre-dicho >
entre Italia y la Argentina, por .cues-
tión de unas pequeñas cuarentenas pre-
visoras hechas observar á los posibles
coléricos,—el referido entre-dicho, como
decimos, ha quedado apenas «entre
dicho».
Italia espera que la Argentina afloje.
La Argentina espera que sea Italia.
Es como una cinchada empatada, que
obliga 4 tironear hasta reventar... sin
adelantar un paso.
Bueno. Bien es cierto que en el con-
flicto no ha reventado ninguno de los
dos países.
Se puede asegurar, eso sí, que ambos
han aflojado la cuerda... pero no la
distancia.
Están descansando un poco.
Veremos como, después de este aguan-
tecito, recomienzan las dos potencias.
*
»* *
- La cuerpiada católica del ministro
Garro, es otra de las novedades que
han levantado polvareda.
El hombre ordena de pronto que con
motivo de la próxima coronación de
la Virgen de Cuyo, los profesores na-
cionales dén conferencias en que se
haga la historia (1) de dicha entidad.
—¿Historia?—se preguntan los profe-
sores comprometidos. Y ponen el grito
en el cielo para ver si de allí les caen
datos y fechas.
—Si no cae del cielo, donde la Virgen
gozará de una ubicación á todo confort...
En la cámara, Agote desctó que se
agote el tema con toda la razón que á
él le sugería, antes de dejar sin inter-
pelación al ministro revolucionario!
Y ya se sabe qué pasó... ¡Nada!
*
* O»
+
¿Y lo del hambre, á causa del cierre-
de los hoteleros?
No abordaremos el tema, temerosos
de que nuestra pluma vuelva á flaquear,.
de una terrible hambre impuesta, tirá-
nica, señores!
*
L
Tampoco se nos antoja decir ni me-
dio sobre el compacto proyecto de re-—
formas á la ley electoral.
Los rotativos nos han robado el tin-
tero á ese respecto.
*
e >»
Ah! Pero hay un tema picante. Vaya--
lo de picante, no sé por qué lo hemos
puesto.
Pero, en fin, es un tema,todo un tema,
¿Su título?
«Lalibertad de la mujer», por ejemplo.
Formidable, compañeros!.
La Julieta Lanteri, doctora, se las dá:
chantas, sin necesidad de «jupe-culotte»,.
á todos los «ciudadanos» que han re-
molineado hasta el día para echar um
voto.
Se presentó y dijo:— «quiero mi bo-—
leta».
Y, munida de ella, será una «concien—
cia» cívica,
¿Cómo «e llama, además, la señora:
que inició-las conferencias pro divorcio»
y que recorrerá las ciudades. del inte--
rior en tren de peroración?
¡Qué lástima!
Bueno. Esa señora, decíamos, reha--
bilitó el tema que le valió tantos sofo--
cones verbales al malogrado Olivera,
Y el sensacional asunto, palanqueado-
por Barroetaveña, que ya conferenció,.
y llevado á las cámaras por el diputado-
Conforti, amenaza hacer un ruído es-—
trepitoso.
Hasta luego, ¿no?-
Carlos Manco: