Full text: 1.1911=Nr. 6 (1911000106)

  
  
  
  
  
  
—Cuanto antes, porque tamién me duelen 
los callos, y seguro que vá llover!! 
—¿A usted le agradará la música? 
== la guitarra mucho, dotor! Yo soy pal 
rajuñeo bastante regular. 
—Entremos aquí y oiremos un poco de 
música, , 
—Hij'una, qué lindo es esto, dotor! Si yo 
lo tuviera pa los animales finos! 
El mozo: ¿Qué van á servirse, señores? 
—¿Qué gusta, don Rudecindo? 
—pPida, votor. Yo tomo un vinito. 
—¿Chatreux, Marsala, Jerez, Chinato? 
—Oh, no juegue, mocito!! Tráigame un 
Mendoza nomás; pero de la bordalesa, que 
no sea picao!l No me traiga de ladamajua- 
na 
—Tráigale un Chinato, y á mí un café 
con leche. ¡ , 
—Dotor...¿que ricién se levanta de la 
cama? 
—Costumbre. 
—Tá giieno, como guste nomás... 
—Ahora va tocar la orquesta, don Rude- 
cindo. : 
—¡Linda banda! ¿Pero con mujeres, do- 
tor? ¿A donde me ha traido usté? 
a“ orquesta de damas. , 
—¡Pobrecitas! las compadezco; quién sabe 
quienes han de ser.los maridos pa man: 
darlas á tocar la música. Y tocan lindo, 
ero pa mí no hay como la guitarra y el 
AI Ves dotor, la rubia esa del 
guitarrón...¡qué pedazo de guitarrón tiene! 
Pobre mujer; ¡cuánta juerza está haciendo 
pa tocar! 
—Ese instrumento se llama contrabajo. 
—No vé? No m'he equivocao. Con traba- 
jo, ya lo creo. ..sison de las guitarras gran- 
des, pues... Y ese questá parao con una 
guitarrita tiene cara e criollo y pa mí qu'es 
el dueño del «Dorao», atrás de mi campo... 
Tengo ganas de arrimármele. ¿Qué le pa- 
rece? 
—Don Rudecindo, ¡hable más bajito! 
—j¡Pero fíjese en la del guitarrón, si no 
es diabla! Se hace la que mira el papel que 
tiene adelante y en vez está mirándonos. 
Séame franco, dotor: ¿Es á usté á quien lo 
mira? : 
—No, hombre; mira á cualquiera, ¡á quien 
le dá la gana! 
—No me parece... pero en fín... 
—Ahora va á ver una vista; apróntese. 
—Oh, ¿y porqué apagan las luces, dotor? 
Yo me voy á la calle; á mi no m'embro- 
man; nos están por hacer algo y las cosas 
se hacen á las claras,—y al instante comen- 
zaba á exhibir una cinta el cinematógrafo, 
la que se refería 4 la venganza del marido 
en la esposa adúltera. 
—¿No se siente lo que hablan? ¿O es que 
ando sordo? 
—Es una cinta de cinematógrafo, pues 
hombre! 
—i¡Qué pavada!! más bien hubiéramos ido 
Á las pruebas, ó á la plaza. 
(Una voz)—Que se calle!! 
—pPor mí lo dicen, dotor? And'está ese!! 
21 
—Silencio! , 
—¿Y que no es de confianza la casa? 
—Sí, pero hay que estar callado. 
—Pa mí quel criollo de la banda es el 
patrón, ¿no es cierto? No tocan hasta quel 
no les hace señas!! 
—Deje eso y veala vista, don Rudecindo! 
—La rubia del guitarrón m'está mirando 
mucho. Siquiera tocara algo sola pa echar- 
le una rilación. ¿Y no se puede bailar acá? 
—[Ni se le ocurra! 
(Refiriéndose ála vista). —Piro vea dotor... 
cómo la trata á esa pobre mujer, ese caje- 
tilla! Yo me le cruzo! Ahí la mató!! Sinver- 
gienza!! 
—Don Rudecindo, cállese!! 
—Ya prendieron las luces. ¡Andan c 
choneándonos, dotor! 
—iPero .Vd., por lo visto, nunca estuvo 
en ningún cinematóerafo! 
—¿Nimatrógafo? ¡Qué se yo lo que es 
Eso; 
—Esta noche está en uno de ellos. pues. 
-—Tá giieno. Piro fíjese la rubia del gui- 
tarrón. No me quita los ojos d'encima. Y 
eso que no m'he afeitao, y más entuavía 
que no la conozco. 
—Ahora sigue el número dos de la or- 
questa. 
—Voy á golpiar y grito que salga el to- 
ni; ¿qué le parece, dotor? 
—Lo llevan preso en el acto. Si esto, va 
le he dicho, que no es circo. - 
—Ya lo creo que no es nada deso; es 
una soncera todo esto. Bah, ya sé pa otra 
Vez. ... : 
(Un vendedor de diarios), —Diario cuarta. 
—Ché, chico, dame uno. ¿Cuánto vale? 
Diez. 
—Tomá los diez. 
—ECompre la revista.... 
—Nó, m'hijo. Si con esto tengo pa todo 
el mes, Tiene más pa lér... 
Compre la revista MATE AMARGO.. 
—Te acomodo un sopapo!! Pueblero, y no 
sabés decir cimarrón? 
—Nó, don Rudecindo. Es una revista que 
se llama así. 
—Chá. al fin he oido algo campero enel 
pueblo, dotor. ¡Viera cómo me alegro! 
—Está bueno. 
—Y 1.'está dele mirar la rubia del gui- 
tarró .... Mejor es que la desengañe, do- 
tor ¿a qué la voy á consentir.... 
—Cóbrese mozo, y vamos don Rudecindo. 
—No; yo pago, y vea mozo: Más dispués, 
á esa rubia del guitarrón, me le dice por 
encargo del mozo á quien lo miraba tanto, 
que le gusta mucho su carita, piro siente 
no poder hacer nada, porque yo soy casao... 
y usté mozo ya sabe l'historia, y choque 
p'ragradecerle el servicio.... 
M, E. (h). 
Rosario, 1911.
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.