12 EL FOGON PAMPEANO
dante.
—¿Y el sargento?
—Tamién se jué po allá.
—¿Y no hay ningún milico tampoco?
-—- Mesmo, señor.
:Y vos que hacés por aquí?
¿ q p q
— Joy preso, pues!
— e
Charamuscas
Bardos, fotógratos, dibujantes:
La Dirección de «El Fogón ¡Pampea-
no» los invita á echar pié 4 tierra y al
brindarles un cimarrón, les manifiesta
que aceptará muy complacida todas las
leñitas que le arrimen á su fogón para
mantener vivo el fuego de la paisanada
entusiasta, siempre que no sea colabo-
ración agena y contramarcada.
El andar de la mujer
La mujer que anda de talones, echan-
do la cabeza abajo, tiene un genio que
niel diablo la resiste; es vengativa, fas-
tidiosa y súbita.
—La que anda de puntillas, es celosa,
viva € impresionable y algunas veces
impertinente.
— La que lleva la punta de los pies
para dentro, es maliciosa, encojida y
poco sincera.
—La que anda con toda la planta del
pie es reposada, alegre risueña y de
muy buen carácter. :
—La que los lleva para afuera, andan-
do con reboleo y desenfado. es marisa-
bidilla capáz de plantarle una fresca al
lucero del alba, muy abierta de genio y
más corredora que potranca de carrera.
—La que va por la calle metida de es-
tómago y encojida de hombros, es capáz
de comerse una ternera y de negar que
el sol da la luz.
—La que anda sacada de pecho y
metida de cintura es dominante, engreí-
da y no recibe impresión ni por nadie.
—La que “lleva la cabeza inclinada
mirando al suelo, está siempre propues-
ta á engañar á su madre, y hasta á sus
hermanitos.
— La que la lleva levantada hacía atrás
tiene los cascos llenos de humo y el co-
razon de estopa.
—La que por la calle se vá mirando
la cola, el pié, las mangas, los hombros
y la punta de la. nariz, poniéndose vizca,
es tonta de capirote. y no sirve para
nada.
—)<
NUESTRO PRIMER NÚMERO
Rogamos á nuestros lectores sepan
disculparnos las deficiencias que noten
en nuestro primer número, que somos
los primeros en reconocer, las que es-
peramos salvar á medida que se vaya
normalizando la marcha de “El Fogon
Pampeano”.
Todo nueva publicación, y sobre todo
una de la índole de la muestra, tiene
más dificultades al principio, y por eso
no nos hasido posible hacer aparecer
este número en la forma deseada.
Confiamos, pues, en que se nos dis-
culparán estas dificienc.as, y enviamos
las gracias á las personas que se han
interesado por el éxito de muestra ini-
ciativa.
LA PRIMAVERA
La primavera triunfante
Sobre sucarro de rosas
Vuelve en su trono brillante
Más locuela y más hermosa,
Su docel están formando
Gallardos lirios del bosque
Que esperan de amor temblando
Que ardiente beso las toque.
Olvida la soberana
Sus deberes y amorosa
Inclina, cual cortesana
Su frente de nívea rosa.
Con voluptuosos delirios
Se une á ellos palpitante
Y á sus pies los blancos lirios
Cúen de pasión espirante.
La onda que sollozando