4 EL FOGON PAMPEANO
210 de muchos que se me atravesará ata -
jándome el camino, pero no importa, lu-
charé con la esperanza de que todavía
he de encontrar criollos puros que me
den una manito y si así no fuera caeré
vencido pero con la satisfacción de ha-
ber bregado hasta el último por mante-
ner vivo el recuerdo de mi tradición.
| En mi fogón arderá leña de toda cla-
se, literatura, versos, notas de actualidad,
páginas artísticas y todo aquello que dé
llama y calor.
Y conestas palabras creo basta para
empezar, después que me vayan cono-
ciendo me juzgarán.
A todos saludo por igual.
EL-FOGON PAMPEANO
MM
SALUDO Á LA PRENSA
Confiado en que le harán un lugarci-
to en sus filas, EL FOGON PAMPEANO
dirigesu más atento saludo á toda la
prensa nacional y extrangera y se enan-
ca al periodismo rosarino.
Es periódico criollo y sólo espera el
aliento de los estimables colegas para
seguir adelante en la tarea que nos he-
mos ímpuesto al fundarlo.
La doma
(Para EL FOGON PAMPEANO)
Ya han soltado del corral
la turbulenta manada,
que huye, en tropel, asustada
al lejano pastizal.
Más, prisionero de un pial
ha quedado un potro oscuro,
que por la pinta, es seguro,
saldrá un flete superior,
si lo amansa el domador
concuidado i sin apuro.
En el suelo, tembloroso,
del lazo al tirón certero
yace el que antes, altanero,
corrió en la pampa, gozoso,
maniatado, sudoroso,
en suprema sacudida
se levanta, i ya perdida
sulibertad anhelada,
gira en torno la mirada
rabiosa i entrístecida.
Y al ver allá, ála distancia,
á la manada pastando
mientras el viento, incitando,
trae del campo la fragancia,
de la vida libre el ansia
su hermoso cuerpo estremece,
bufa, grita, se enfurece,
en aquel supremo anhelo,
y se artoja contra el suelo
cual si matarse quisiese.
Y así, en esa posición,
con sonoros resoplidos,
muestra de los oprimidos
su impotente rebelión.
Un fornido mocetón,
tipo de nuestro paisano,
conlas riendas enla mano
se le acerca, icon cuidado,
le pone al potro el bocado
con presteza de vaqueano.
Es el gaucho domador,
que va á oponer, con destreza,
contra la cerril fiereza
sus fuerzas y su valor.
Temple de alma superior,
en nuestra pampa nutrida,
en donde no halla cabida
la vacilación ni el miedo
y que es su culto el denuedo
con desprecio de la vida.
Por otro gaucho ayudado,
que es el apadrinador,
le coloc:t, el domador.
las pilchas de su recado,
El animal, - ya ensillado,
se resiste y se abalanza.
Pero al ver que su esperanza
de libertad se ha perdido,
queda quieto i encojido
aplazando su venganza.