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Acuella mano callosa
^ e l porvenir de la patria
esa mano reposa.
. .i se precisan cañones
j® 11 eso no se ha pensado,
bien creo que se deben
' üstitnir por el arado,
p Porqué cntoncete bien pudiera
11 este instante decir
íjj' 1 ® ©n la máquina sencilla
nuestro porvenir;
el noble pueblo ■ argentino
J u o bien conoce su historia
j a sembrando en su camino
Cs lampos de aquella gloria:
gloria que es ton legendaria
¿ué no la puede olvidar
es herencia de que á todos
^e° p OS j la ( ] e alcanzar;
Por cuya razón bien puedo
El
este instante decir
teína que me han dado
® la patria el porvenir.
^ Mirad á esas nobles damas
„ ai1 humildes y sencillas
$ Uo en el hogar el trabajo
jamás las humilla;
Pero nobles y gallardas
^ual l a mujer espartana,
rastrarla á nuestras nociones
* cierta cuestión estraña.
Mas no obstante en la campaña
v. len se puede comprender
•Ua ^ •. y /i
p e que el lámpo aquél se puede
il ‘ n el mismo c-ampo ver,
Cuando se lanza en un potro
'■«"e él lo quiere dominar,
El porvenir de mañana
Parece quiere anunciar
Mirad “La Prensa” de boy
Que es lo que nos ha anunciado
Que personas que han venido
La encuentran adelantado.
Y en todo caso razona
Porqué entonces abre camino
Y el porvenir de mañana,
Da allí empieza ese destino
Y si este pueblo prospera
Y en su campaña se vé
De que el ombú solitario
Siempre allí hay su rancho al pié
Y á más aquella campaña
Que el gran bardo describió
Hay una tendencia estraña
Que el extranjero admiro
Y á mí un amigo me decía
Cuando vino á contemplar
La campaña solitaria,
Luego le llegó á extrañar,
Que. en esa misma campaña
En tal silencio cubierto
Ha encontrado muchos pueblos
Y hoy no se llama desierto;
Pues bu.n en esas naciones
Que tal vez son sin pintura
Pero debe comprenderse
Que .aunque le falte estructura
Conciliar yo no pudiera
Porque buen maestro no soy,
Peiro razonando todo
El tema cual darlo voy
De modo que es instantáneo
Solo me resta decir
Que en lo que antes he anunciada