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Quisiera oir latiendo tu pecho junto al
[mió,
Quisiera oir qué dicen los dos en su latir;
Quisiera darte un beso de loco desvarío,
Después arrodillarme mirándote dormir.
La Circasiana
Mas blanca que la espuma que surje
[entre las ondas,
Tu frente es el destello del sol meridional,
Tu voz es el susurro del viento entre las
[frondas,
Tu talle la palmera que azota el vendaval.
Mañana cuando léjos de la mujer que
rida
Llorando piense en ella con loco frenesí,
1 le dedique todas las horas de la vida,
Tal vez haya la ingrata olvidádose de mí.
No tienen en Circasia ni la menor idea
De todos los encantos de tu divino sér,
jereces una estatua de Venus' Citerea,
Mas eres un arcánjel en forma de mujer.