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Pero tuve suerte buena
llevándola al principal,
donde empezó nuestro mal
cuando vió el Pobre Valbuena.
Desde aquel dia todo acabó;
su genio dulce fué impertinente,
hasta adoraba el aguardiente
y luego en huelga se declaró.
-Por este paso tan feo
paso ya doscientas veces, ,
una vez todos los meses
y hasta ahora no lo creo.
Pues la costumbre es sin disputa
una segunda naturaleza,
y aunque yo tengo buena cabeza
no pierdo el vicio por esa iruta.