POCAS PALABRAS
Presentamos un nuevo libro de “VERSOS GAUCHOS” para enri-
quecer nuestra bibliografía popular, destinada a rememorar con res-
peto e interés a nuestros grandes vates criollos.
VERSOS GAUCHOS, su definición es clara y terminante; se refie-
re a todo lo que contiene rimado con referencia al gaucho, su vida
íntima y pública. La palabra gaucho se usó en La Argentina, Uruguay
Y gran parte del Brasil. Se ignora su verdadero origen, pero es seguro
que nació dicha palabra en territorio argentino, para designar a los
hombres nativos y extranjeros dedicados a la vida campestre o de la
pampa. Según su etimología Gaucho, se refiere o se utiliza para desig-
nar a los hombres que trabajan en la llanura o pampa dedicados ex-
Clusivamente a la ganadería y agricultura.
Cunningham Grahm refiriéndose al Gaucho afirma que: “Los
gauchos” eran altos, cenceños y nervudos, con no pequeña dosis de
sangre india en sus enjutos y musculosos cuerpos, Si las barbas eran
ralas, en desquite el cabello, luciente y negro como ala de cuervo, le
caía sobre los hombros, lacio y abundante y parecía que contemplaba
algo más allá de su interlocutor, en horizontes lejanos, llenos de peli-
gros, rondados por los indios, en donde a todo cristiano le incumbía
mantenerse alerta con la mano sobre las riendas. Centauros delante del
señor, torpes a pie como caimanes embarrancados, tenían, sin embargo,
agilidad de relámpago cuando era necesario. Parcos en el hablar, ca-
paces de pasar todo el día a caballo, uno al lado del otro en las llanuras
sin cruzar palabras, excepto alguna interjección como “jué pucha”,
si el caballo tropezaba o se espantaba, porque una perdiz saltaba a
Sus pies. Se enfurecían fácilmente; echando espumarajos por esas bo-
cas y pidiendo sangre a voces un instante después (pasada la tormen-
ta), tornaban a ser los mismos graves centauros de antes. Vestían
poncho y chiripá; calzaban botas de piel de potro, hechos los talones
del corvejón, dejando salir los dedos para agarrar el estribo, formado
Por un nudo de cuero, Su estado de gracia espiritual interna era una
mezcla extraña de cristianismo contenido en su desarrollo, matizado
de supersticiones indias, su temple de ánimo era melancólico. La
alegría no arraiga en aquellas desiertas estepas, esto sucede general-
mente con los habitantes de las llanuras, cuyas vidas se pasan solita-