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¡Ay, de sus manos!
¡Ay, de sus dedos!
Ñ IQue acariciaban
suaves y lerdos!...
Por la huella del cielo
yo voy trotiando,
para ver Si allá arriba
de lo ignorado,
llega un día la ingrata
que me ha olvidado.
" tulo ue
4
Ai : ¡Ay, de sus pechos!
¡Palomos blancos!
¡Que sus picos besaban
mis labios cálidos!...
Los hombres que sufrimos
somos callados... (bis)
y fingimos ser buenos
y somos malos... (bis)
¡Ay, sus piecitos,
tan sanguinarios, ¡
1 : que un corazón
q sin pena, pisotearon!...
Ei Caminito del cielo,
duro calvario,
por tu huella yo sigo
siempre trotiando,
sobre el matungo negro
del Desengaño!...