POESIAS CRIOLLAS 141
Y ahora que volaste entre una nube
teñida por la luz de la alborada,
oye mi voz que sollozando sube
a la eterna morada
mansión feliz del justo y el querube.
Y si hasta Dios se levantó tu vuelo
y ahora perfumas el celeste coro
para darnos consuelo
¡oh mi blanca violeta, mi tesoro!
mándanos tu perfume desde el cielo.
5-11 de 1905